El piloto
  Aunque la cosa no va de aviones, y eso que me encantaban de niño, he llamado asà a mi blog combinando los nombres de un mÃtico aviador y una legendaria aeronave que me viene que ni pintada para el caso que nos ocupa, una incursión para nada de altos vuelos, pero con la que pretendo remontar sobre los virulentos nubarrones de ese pensamiento único globalizante que se extienden sobre lo que va quedando de nuestra Patria y de la civilización cristiana, reivindicando la obra y el pensamiento de aquellos que las salvaguardaron, porque, como muy acertadamente dijo un Papa de los de antes, la gloria de España está Ãntimamente unida con la religión católica.
  Por lo tanto, no es casual que de un tiempo a esta parte estemos sufriendo la influencia de nefastas campañas que obedecen a esa ideologÃa de cuño neomarxista y que mancillan la institución tradicional de la familia y falsean nuestra historia secular, arremetiendo respectivamente contra los principios que la sustentan y ultrajando la memoria de los que la engrandecieron, reprimiendo toda exaltación nacional que escape a lo meramente deportivo y relegando nuestros sÃmbolos comunes a frÃos elementos oficiales de un estado clientelar.
  En definitiva, una persecución múltiple en sus formas, pero única en sus raÃces, de cuya evidencia no hay más que reparar en esta disoluta sociedad en la que no se siente el hedor abominable de los vicios por ser tantos los que son.
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 P.D: Como alguien dijo, ¿por qué contentarnos con vivir a rastras cuando sentimos el anhelo de volar?
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